jueves, 10 de febrero de 2011

Mi primer orgasmo

Sólo era una niña cuando descubrí los placeres de la carne. Sí, yo era de esas niñas que prefería treparse en las bardas para frotarse un ratito en vez de jugar con sus amigas a las muñecas.
Nunca me  importo quedarme sola, para mi era más placentero subir mi falda y moverme al compás de alguna canción recién aprendida y memorizada para el siguiente festival de la escuela, inclusive era divertido, me gustaba. No tenia yo más de 9 cuando descubrí mi primer orgasmo. Fue intenso en la escala que jamás lo había sentido antes, un calor inusual invadió mi cuerpo hasta sonrojar mis mejillas, mi respiración rápida e intensa delataba algo que no había sentido nunca. Lo primero que pensé, me hice pipí.

Después de eso fui descubriendo diferentes formas de provocármelo, me llegue a volver adicta, tanto que mi vulva inflamada y rozada por la experimentación se manifestó enferma y a consecuencia, mi madre se enteró de mis jugueteos. Todo había acabado, mi pequeño y placentero pasatiempo fue descubierto y puesto en evidencia por el pediatra que me veía desde nacida, solo pensé una cosa: Idiota!

Nada me detuvo y en la escuela de monjas que tanto odiaba me repetía a mi misma: "Nada que sea tan placentero puede ser visto mal ante los ojos de Dios, si no, entonces para que lo creó" Y con ese pensamiento en mente, no he parado desde entonces. A partir de ese día me dedique a dejarme llevar por los placeres simples de la vida, de la carne.

2 comentarios:

  1. "Nada que sea tan placentero puede ser visto mal ante los ojos de Dios" siempre he pensando lo mismo, me encantas

    besos.

    @eropasion

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  2. Que bueno que te decidiste un día a compartir tus fantasías y vivencias, debo confesar que tambien fui muy precoz en mis estimulaciones tempranas, algo así como a los 10 años, siempre me escondía bajo la mesa del comedor cuando todos salían a platicar al patio, muy cierto aquella frase en la que dices: "Nada que sea tan placentero puede ser visto mal ante los ojos de Dios" solo la hipocresía humana puede ver con malos ojos el disfrute de nuestro cuerpo. Seguire disfrutando de tus publicaciones, gracias por permitir conocer más de ti.

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